Es tiempo de aprovechar a Bunbury

Escucho Curso de levitación intensivo mientras escribo estas líneas. Me asombro por la riqueza de matices sonoros que alberga este nuevo LP, me fascina el horror vacui que padece Enrique Bunbury cuando se trata de tapiar este horrible 2020 con música. Con una música, la suya, que suena a disco fresco, a un puñado de composiciones con el que apuntalar lo iniciado en Posible, su otro trabajo del año que ya nos dejó con sensaciones de grandeza, de cumbre en la carrera del aragonés. Sin directos y sin carretera, Bunbury se metió con Los Santos Inocentes en el estudio a hacer lo que debe hacer un músico: otro conjunto de canciones con el que seguir tejiendo una carrera llena de inquietudes y alejada del conformismo.

Curso de levitación intensivo merece una escucha con absoluta tranquilidad, poniendo atención en los múltiples requiebros que encierra cada tema, que nos trae ritmos delicados, cadenciosos, donde el rock se muestra tamizado gracias a la constante búsqueda de la huella sonora que Bunbury defiende como algo irrenunciable en su carrera. No es un disco fácil de digerir, pero para eso ya está el producto prefabricado y multianunciado que se aleja de la esencia misma de la música. Bunbury no es así. No será así porque renunciaría a cómo se ha labrado su propia carrera. Este trabajo que cierra 2020, nos enseña al Bunbury más directo, más brutal en las letras, mientras que el sonido se acompasa aletargando canciones que ganan con las repetidas escuchas. Es probable que estemos ante otro de los mejores discos del artista, a pesar de que solo un par de canciones entran solas tras la primera reproducción. Esto es, no hay un hit inmediato. Quizás El precio que hay que pagar es la canción que más rápido se queda, pero el resto debe escucharse con poso de tranquilidad, poniendo los sentidos a actuar, buscando la verdad en cada verso, cada letra, cada matiz sonoro. Y ahí, en la producción, aparece otro gran logro de este disco, donde se yergue una perfección casi enfermiza por pulir el sonido de cada tema. Curso de levitación intensivo es una joya en ese aspecto.

Presiento que Bunbury está escribiendo nuevas canciones mientras lees estas líneas. Supongo que será otro regalo distinto. Intuyo que no volverá a dejar indiferente a nadie. Acierto al asegurar que será el mismo Bunbury de siempre, el que nos incomoda, el que nos reta, el que nos da razones para seguir creyendo en su palabra. Escuchemos...

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