Aúlla Goli mientras Nur Wong templa acordes con su guitarra. Cae la noche, para la lluvia, se levanta el polvo del desierto para rajar la oscuridad con sonidos de rabia rockera y de sabor fronterizo. En el escenario, Furia Trinidad...
Y la furia surge inasequible al desaliento. La banda arranca suave, cuasi acústica, para meter guitarrazos a base de distorsión y de alaridos que harían sellar las puertas del mismísimo infierno. La música de Furia Trinidad nos conduce por vericuetos, por pasadizos, por callejones oscuros regados de whisky y mescal. Te sacudes el polvo de la ropa y vienes a por más.
Goli (guitarra y voz), con impostura chamánica y Nur (guitarra y voz... esta aventura es compartida en todo), la que saca rabia de sus hirvientes riffs, componen un dúo peculiar en la escena musical española. Son los Bonnie and Clyde sonoros de este lado del Atlántico. Disparan balas certeras en forma de temazos como Detroit, Red blood, El chile de la muerte, Money o Shake it. Caen todos rendidos ante canciones que bien podrían encajar en cualquier película de Tarantino (¿nadie le ha mandado un disco?) dejándonos colgados de la melancolía tras haber sudado en el recorrido sónico que ambos nos han preparado.
Hace poco los vimos en Jerez, en el Festival Intramuros dejando tras de sí un show espídico, mágico, ritual en tan solo una hora de espectáculo. Los fantasmas de la frontera, los chamanes, los espíritus revoloteaban sobre las llamas que salían de los instrumentos de la banda y de la voz ajada de Goli Supersummer. El contrapunto lo ponía la dura pero deliciosa voz de Nur Wong. El cóctel de los portuenses te golpea a base de ramalazos rockeros (southern, fronterizo), una porción de psicobilly y retazos de surf rock. Sones inclusivos, integrados, universales, poderosos en su ejecución, soberbios cuando hacen bailar al público alrededor de una hoguera en mitad del desierto... o en mitad de un festival.
Con dos discos soberbios a sus espaldas (con la producción de Paco Loco), la presencia de Furia Trinidad en nuestros escenarios y nuestros festivales se estima más que necesaria. Ante la indudable estandarización de sonidos pop que pueblan cada verano los escenarios festivaleros, sacudidas como la de estos portuenses se agradecen. Es de esperar ya un tercer trabajo que continúe las buenas sensaciones dejadas por Listen to Phenomenal Western Rock Combo (2015) y She and the sunshine (2016), con las que unos cuantos ya aullamos en garitos, conciertos y sedes festivaleras.
El hechizo ha sido lanzado, el sujeto captado, el rock ha triunfado. Que se desate la Furia...
Sed testigos.
📷 Fotos: @zuhmalheur
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