Cosas de la fe - Berenjena Company

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21 dic 2021

Cosas de la fe

El maestro de ceremonias
En Taetro son creyentes. Creen en la capacidad del teatro de cambiar vidas, en el humor como vía de escape. Creen en la coeducación como modo de aportar algo a nuestra sociedad y en la juventud como motor de todo lo que realizan. Tienen fe. Una muy grande en todos los que apoyan a diario (o de forma puntual) su labor, porque sin ellos nada tendría sentido. Lástima que no todo el mundo comparta esa fe por hacer las cosas de otro modo, pero bueno da igual.

La fe, esa que mueve montañas, movió a algo más de un centenar de personas hacia el Teatro Moderno para ver los últimos montajes preparados por las gentes de Taetro con ocasión del XXI Certamen de Teatro Mínimo Rafael Guerrero. Se volvía al Teatro Moderno y querían hacer algo especial.

Lo primero, que por fin hubo un maestro de ceremonias decente. Pepe Millán no fue un mero introductor de las distintas obras. No fue un presentador más. Él mismo (ayudado de forma puntual por Joeri Ivanov y Alfonso Saucedo) convirtió su intervención en un mínimo más, algo que sorprendió al público por su frescura, por sus acertados puntos de humor y por construir un personaje histriónico y carismático. Queremos más de ese maestro de ceremonias porque se nos hizo muy corto.
Sentimiento y hondo desgarro místico
La fe también estuvo presente en todas las obras estrenadas, eso sí, en diversos estados y con distintas manifestaciones. La fe en aquello que es inexplicable en Sentimiento y hondo desgarro místico de Tomás Afán; la fe en volver con los seres queridos en Morir soñando de Tomás Ferrando; la fe en la religión verdadera (una de ellas) de Alarma silenciosa, original de Antonio Burgos y por último, la fe de conquistar al ser amado a pesar de los inconvenientes que vino de la mano de El verdadero don Juan en la escena del sofá de Manuel Carlos Cid González.
Morir soñando
Y fe es lo que pusieron todos los integrantes de Taetro que pisaron las tablas del Moderno para defender esos textos en unos montajes que emocionaron, gustaron e hicieron disfrutar al respetable. Desde el drama íntimo que llenó de lágrimas algunos ojos del público asistente en Morir soñando, con unas interpretaciones muy intensas y acertadas de Victoria Azogil y Jaime Barbosa hasta tres piezas cómicas que llenaron de risas el patio de butacas. Paco Téllez, José Luis Sánchez Johnny y Miguel Ángel Bolaños convirtieron el texto de Tomás Afán en una comedia del absurdo tremenda con dos personajes atenazados por las dudas y las creencias más íntimas. Pepe Raya dirigió a su troupe habitual (María José Ponce, Pepi Baizán, Paco Belizón y Antonio Meléndez) en una vuelta de tuerca al mito de don Juan con grandísimas interpretaciones que dominan los resortes del humor. Para finalizar, Alarma silenciosa, dirigida por Antonio Pantoja y con interpretaciones de Carlos C. Laínez, Almudena Ruiz, Miguel Ángel Bolaños y el propio Pantoja, le sacaron el máximo partido a una obra con un claro subtexto de corte social al que se le aplicaron varias capas de fino humor que hizo gozar de lo lindo al público.
Alarma sileciosa
Fantásticas interpretaciones al fin y al cabo para cuatro textos en los que los integrantes de Taetro lo dieron todo. Había ganas de pasarlo bien en el teatro, había ganas de pisar las tablas del Moderno y existía la necesidad de volver a cierta normalidad. Si a eso le unes una pizca de fe, el resultado no puede ser otro que el éxito.
El verdadero don Juan en la escena del sofá

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