Viaje al fin de un sueño - Berenjena Company

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3 nov 2025

Viaje al fin de un sueño


¿Qué haríamos sin sueños? ¿Sería la vida peor sin poder amarrarnos a algo que deseamos pero sabemos que no podemos cumplir? Sin sueños no podríamos adentrarnos en los deseos más íntimos y sin esos deseos, estamos perdidos como seres sintientes. Perseguimos un sueño como quien perseguía la utopía. A veces soñamos con cosas inalcanzables, aún sabiendo de su imposibilidad, aún siendo conscientes de su futilidad. Pero seguimos soñando, tal y como seguimos caminando para perseguir a la inalcanzable utopía.


Y en ese camino de los sueños nos encontramos con esa mujer cuya piel ha sido recorrida por los años de una vida no siempre fácil. Porque nunca una vida fue fácil cuando no se cumplen tus deseos, ni cuando el amor ya no está. La Gringa quiere ir a Venecia para encontrarse con todo aquello que ella quiso ser pero las circunstancias no le dejaron. Todo por un sueño. No valen excusas, no sirven las cortapisas. El sueño del amor produce realidades.


Y a por esas realidades se fueron esas alegres muchachas, que ayudan a La Gringa a realizar su sueño de viajar en avión, sentir el frescor de los canales, cantar con un gondolero y finalmente, abrazarse con ese hombre sin rostro. Un viaje al fin de un sueño tan real que dan escalofríos.


Amarrada al realismo mágico, a la comedia de situación, con su punto de absurdo y unas pizcas de melodrama, Venecia, obra original del argentino Jorge Accame, ha sido la última propuesta de la Compañía del Gags, que tras su exuberante éxito con Ninette y un señor de Murcia, cambia de tercio y arriesga con un acercamiento literal al texto, manteniendo la localización en esa Argentina del interior, inhóspita, árida, tan alejada de esos Buenos Aires que ya todos conocemos. Una obra dirigida por Manuel Martín, con una puesta en escena sobria pero muy efectiva y con un elenco actoral que tarda poco en encontrar el click de cada personaje, manteniéndose fiel al acento porteño y sin desentonar durante toda la función. 


De nuevo, la Compañía del Gags hace alarde de su mejor virtud. Sabe sacar lo mejor de la parte actoral, siendo esto mérito de su director y de un grupo de intérpretes que se entregan en cuerpo y alma a sus personajes. Ahí vemos la determinación de esa Graciela en la piel de Marta Martín, la fortaleza de Rita, en la asimilación que de ella hace Rut Cerviño, en la locura de esa Marta que lleva a la vida Koki Sánchez, en el candor y el humor físico, gestual y textual que Carlos Álvarez-Ossorio aporta a su Chato y finalmente en el amor de esa mirada que no ve de La Gringa que Almudena González lleva a la vida con su seguridad y su aplomo acostumbradas.


Venecia, en la apuesta de la Compañía del Gags es un acierto porque respeta el material de partida, porque impregna de ritmo un original pausado e impregnado de esos matices del realismo mágico que tanto nos ha llevado por los caminos de los sueños. Porque al final, no hay un imposible cuando el poder de la mujer se plantea que esos sueños se conviertan en realidad. Qué importa que al final el gondolero cante en un italiano un tanto extraño, cuando podemos ver la sonrisa de una mujer que ahora, al final de un sueño, ha conseguido ver como su vida es completa.



Fotos: Manuel Rodríguez.

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