La política de lo incorrecto (American fiction) - Berenjena Company

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4 mar 2024

La política de lo incorrecto (American fiction)



La política de lo incorrecto consiste en no escandalizarse porque el título de una novela situada en el profundo Sur de los Estados Unidos lleve la palabra “negro”. También está en escribir un libro para reírse de toda la estupidez basada en los estereotipos de la gente de color, titularlo procazmente y que el éxito llame a la puerta con la fuerza de un ariete. O…¿por qué no? Está en creer que estar en lo alto de la lista de best sellers sea una puñetera vergüenza porque se han escrito unas cuantas líneas basándose en una jerga, sin ninguna cohesión dramática y con unos problemas centrales que a nadie importan, pero, eso sí, todo el mundo se siente aludido o concernido.


Por otro lado, la política de lo incorrecto también encierra secretos que no pueden ser desvelados y que merecen ser fusilados sin compasión. Al fin y al cabo, no es bueno que, de la noche a la mañana, te ordenen una temporada de vacaciones de tus cursos de Literatura, vayas a casa a ver a tu familia y a tu hermana le dé un ataque al corazón que la deje en el sitio. Eso, para qué nos vamos a engañar, también es la política de lo incorrecto, sobre todo, en esa área en el que no se pueden controlar los acontecimientos y que se agolpan, por sí solos, en el ánimo ya bastante maltrecho por el excesivo coqueteo con el fracaso.


Así que es el momento de montar una ficción puramente americana, basada en la obscenidad de cobrar una cantidad de dinero que roza la pornografía por escribir una auténtica basura que la ya falsa intelectualidad que puebla todos los estratos de la sociedad ha calificado de obra maestra porque “dice cosas que nadie ha dicho”, “pone de manifiesto la opresión blanca ante la desgracia negra” y “coloca a la raza blanca al borde de la culpabilidad generalizada”. Así estamos. En un mundo sostenido por falsedades llega un momento en que se encumbra la mayor de todas las falsedades.


Estamos ante una excelente película, dirigida por Cord Jefferson y con un intérprete entregado y perfecto como Jeffrey Wright, que encarna al hombre quemado por sus propios sueños y que se da cuenta de que, en realidad, no tiene nada porque, mirado de frente, nunca tendrá nada, por mucho éxito que tenga. O por mucho fracaso que acumule. Sencillamente, es una persona que está de más y que no disfruta de una cosa ni de otra. Bastante tiene el pobrecillo con mantenerse cuerdo en una ciudad de locos de atar. El guion es de una originalidad sorprendente, con algunas ideas narrativas excelentes aunque la dirección sea muy sobria. No llega al absurdo, pero es ácida. No es una comedia, pero hace reír. No es una tragedia, pero resulta triste. Así es esta película. En el fondo, es muy parecida a nuestras vidas aunque toque realidades radicalmente diferentes.


No es de extrañar que ante tal panorama, la mente opte por el escapismo fácil y decida vivir en un mundo que no es de estos días. Hasta los concursos literarios son cúmulos de estupidez supina que deciden premiar lo más vergonzoso. Mientras el misterio siga, serían capaces de otorgar sus bendiciones a cualquier libro que hable…no sé…de la dificultad de tomar una decisión a la hora de bajar una escalera. Bajo, no bajo, ahora sí, ahora no, mis motivaciones son, fueron, serán, tal vez, Dios mediante, espero no caerme, mis miedos, mis traspiés…seguro que luego llega algún crítico listillo diciendo que es la última gran obra maestra de un modo de escribir nuevo, o alguna tontería parecida. No les hagan caso. No tienen ni idea de nada.


César Bardés

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