Carmen Xía nos enseña sus heridas en un disco de debut rompedor - Berenjena Company

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1 abr 2022

Carmen Xía nos enseña sus heridas en un disco de debut rompedor



De La Isla que alumbró a Camarón, Carmen Xía no es nueva del todo en esto y atesora amor y respeto por el cante, la copla, el quejío y Andalucía: “eternamente agradesía a las ancestrah, por convertir arte y doló en la memoria de mi tierra”. Carmen, de la que ya hablamos en este artículo, abrió hace tiempo la puerta a la escritura, las teclas blancas y negras del piano y a escupir rimas como veneno reactivo y dice que ahora ya no la puede cerrar. Nos cuenta también que “Andalucía es una herida. Que el arte, como dice Martirio, es una herida. Y que, por ende, ser mujer y persona disidente en este mundo es también una herida. Cada una de nosotres sobrevive como puede a los traumas que causa este mundo mediante sus propias heridas. Las copleras intentaban sobrevivir. El pueblo gitano intentaba sobrevivir. Las mujeres y les persones disidentes intentamos sobrevivir. Las artistas intentamos sobrevivir en un mundo dominado por el hombre y el capital, pero levantao por les oprimides y sostenío por su sufrimiento”. Así reza la hoja promocional de su álbum debut, titulado, claro está, La herida.


Con producciones de Suzio Tarik y Enzoo Leep, mastering de Oriol ‘Dry’ Rafí y diseño artístico de Nacho Fernández-Trujillo, los once cortes que componen este álbum de debut de la rapera-coplera cañaílla están trufados de influencias y guiños que van de Lola Flores a Lauryn Hill, pasando por La Paquera de Jerez, Marifé de Triana, Gata Cattana, Lole y Manuel o Camarón. Beats en su mayoría rasgados y oscuros, heridas sonoras abiertas sobre las que Carmen Xía se nos abre con la memoria siempre como faro y vulnerabilidad y rabia a raudales (y partes iguales).


En La herida, Carmen Xía se muestra orgullosa con un rap profundo y rotundo que aúna tradición y modernidad, que huye de resabios postrománticos y que da buena cuenta de la amplia paleta con la que es capaz de jugar. Que no todo iban a ser lunares blancos sobre el rojo de un traje de faralaes, romerías, toros, finos, y, con perdón, unos daditos de cazón. Que en esto de la música, como en el arte o en el cante o en Andalucía misma, “la memoria no se mata y el perdón no se roba”, que “Al-Ándalus asoma”: con Carmen Xía el sur vuelve a ser nuestro norte.


Escucha La herida aquí.

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