Camarón: origen, leyenda y revolución

Las muchas vidas de Camarón de la Isla han encontrado al lado de la Venta de Vargas en su San Fernando natal, un buen sitio para que el mito perviva. Desde hace unos meses tenemos la suerte de contar con un espacio único en el que sentir la magia del más grande cantaor de todos los tiempos. Algunos lo llamarán museo, otros lo denominarán centro de interpretación. Creemos que ese edificio dedicado a la vida y obra de José Monje Cruz es el gran homenaje que todos le debíamos desde que se nos fue hace casi 30 años.

Pero no debemos llevarnos a engaño. Lo que en ese centro dedicado al cantaor se expone no es Camarón. A Camarón hay que conocerlo escuchando sus cantes: esa bulería que cantaba con quejío breve pero con latencia majestuosa, esos tangos, alegrías y tarantos vivaces y juguetones en su voz gitanísima y pura, esa versatilidad para combinar el jondismo del cante con la heterodoxia más radical. Camarón es uno y muchos y todos tienen cabida en ese centro dedicado a mayor gloria del genio. Un edificio para todos: para los enterados en su magna obra y para los que deseen acercarse a él por vez primera.

Es todo un acierto el aprovechamiento del espacio museográfico de este edificio que cuenta con el leit motiv de Leyenda Camarón. Visto desde fuera parece poco lo que nos va a ofrecer de tan chiquito que parece el conjunto arquitectónica, pero cuando te sumerges en el legado del artista, te haces una idea muy aproximada de lo que José significó para el mundo del flamenco. Excelso aprovechamiento del espacio y gran idea la de dividir en tres las zonas expositivas, coincidiendo con tres fases cruciales de su carrera. En Origen, se bucea en los inicios del mito exponiendo el contexto social y económico en el que José nació y creció como artista desde sus años de niñez en Las Callejuelas hasta su estreno en la Venta de Vargas de los Picardo hasta su migración a Madrid. En Leyenda, asistimos a su consagración como nueva cumbre del cante jondo junto a nombres tan destacados como Paco de Lucía primero y Tomatito a continuación. El carácter indómito y nada acomodaticio del cañaílla hace que busque nuevos retos, nuevos caminos del cante y quede abocado a la búsqueda de la Revolución. Con toda la ortodoxia flamenca en contra, Camarón se encamina hacia la gloria con un disco fundacional e imprescindible en la Historia de la música en español: La leyenda del tiempo, trabajo que fusiona el flamenco con la poesía, la guitarra española con la eléctrica, el bajo, la percusión y los teclados. Nadie quedó contento pero él ya había cambiado la Historia para siempre. 

Esas tres partes expositivas son la delicia para el fan de Camarón y un utilísimo vehículo de introducción para el neófito en su figura. Desde objetos personales nunca expuestos hasta memorabilia que puede resultar anecdótica pero que cuenta mucho sobre su vida (esas notas manuscritas, son oro puro), el viaje por la vida y obra del genio de La Isla resulta un periplo didáctico y divertido a la vez que asoma la añoranza por la pérdida de una figura ejemplar del mundo del cante. Nada sobra y nada falta en un recorrido somero pero excitante.

Como decimos todos los que tenemos a mitos en nuestros altares particulares, nos queda su legado, nos queda su obra y en el caso de Camarón, un museo (o un centro de interpretación, ustedes mandan), en el que seguir recordando a esa leyenda en el tiempo.

Este artículo ha sido posible gracias a la colaboración del Ayuntamiento de San Fernando y en especial de Pepa Pacheco a la que agradecemos su deferencia y colaboración con este medio.

Fotos: @zuhmalheur

Para más información sobre Camarón: La otra galaxia de Camarón