Nos vemos en el camino (Nomadland) - Berenjena Company

Banner (no visible)

28 mar 2021

Nos vemos en el camino (Nomadland)



En tiempos de crueldad no cabe duda de que es posible que haya gente que se vea empujada a vivir en la carretera, confinados en sus furgonetas o caravanas, sin raíces en ningún sitio, haciendo de la temporalidad un estilo de vida. Sin embargo, también hay algunos que lo eligen voluntariamente porque hacen que esa guarida de estrechez y privación sea un refugio, una forma de no volver a pasar dolor, una puerta a la supervivencia con sus inconvenientes, pero con muchas seguridades al margen de la pena, del permanente afán de la planificación futura, del reproche, del pasado que persigue siempre a los más débiles.


Fern es una mujer que lo ha perdido todo y, sin embargo, mira hacia adelante. No quiere volver a tejer lazos de cariño que no le permitan abandonarlo todo en un minuto y hacer kilómetros. Su errante peregrinaje no debe tener fin porque ya ha vivido como los demás y ha sufrido demasiado. No quiere más lágrimas, ni más nostalgias. Sólo vivir el día, el momento, el nuevo amanecer, el paseo en soledad, sin huir de la camaradería que pueda surgir en el instante. Desea ser nómada para que, al fin y al cabo, el horizonte sea la montaña, o el desierto, o la verdad desnuda. El mundo no va a hacer ningún esfuerzo por acordarse de ella y eso es lo que va a hacer ella misma con el mundo. El siguiente paso es lo único que le preocupa.


No cabe duda de que el trabajo de Frances McDormand es uno de los alicientes más importantes a la hora de ver esta película. Por su rostro, pasan todos los sentimientos sin llegar a asirlos, todos los pensamientos sin conseguir asentarlos, todos los razonamientos sin obtener demasiadas respuestas. En su expresión, tenemos la certeza de que lo importante no es el destino en absoluto, sino el viaje. Ahí está la pasión, la comprobación evidente de que las buenas personas existen, de que la esperanza hay que vivirla sólo que de otra manera. Ella ayuda y es ayudada. Es luz y recibe claridad. Al fondo, la dirección de Chloe Zhao es nítida y comprensible, quizá con algún que otro amanecer de más y alguna escena demasiado subrayada, pero, sin duda, llena de sobriedad y de distancia, tratando de implicarse tan poco como lo hace la protagonista. La banda sonora de Ludovico Einaudi parece convertirse en los pasos hacia ninguna parte que llevan a esta historia que, en el fondo, habla de una superación, de un instinto y de una partida que nunca acaba.


Y es que la vida golpea tan duramente que, en ocasiones, se desea que ella se olvide de ti, que pase de largo y haga como que no existes porque, tal vez, sea el único modo de disfrutarla sin pensar en futuros que cada vez se presentan como más inciertos y engañosos. No hay días siguientes, sólo próximos minutos y los que viven así, también son dignos de la mayor admiración porque sobreviven dentro de un estilo de vida agobiante, lleno de deudas, sometido a la muerte y con la seguridad de que la felicidad llega y se evaporará sin avisar. Para ello, puede que sea mejor rebajar las expectativas y darse cuenta de que las cosas pequeñas también son rastros de buenos momentos con vocación de mayor permanencia. Es una lección muy difícil de aprender porque no hay que sacar conclusiones, hay que prohibirse los juicios ajenos, hay que dejar que las horas se deslicen sin preguntarse los porqués. La soledad espera, sí…pero tal vez sea una soledad que merezca mucho la pena siempre que no se pierda la ilusión, la alegría del instante, la luz que todos llevamos dentro, como los faros de una furgoneta que anuncia que un hogar se pone en movimiento.


César Bardés

No hay comentarios:

Publicar un comentario

DEJA TU COMENTARIO - Lo estamos esperando...

Post Bottom Ad