La!

La muerte y el dolor inundan la pantalla pero al otro lado, el espectador esboza una media sonrisa de esperanza. Uno sale partido por la mitad tras disfrutar de cinco episodios de una serie sencilla, cristalina, nada impostada y con un mensaje claro en tiempos de pandemia: el peor contagio es el de la ignorancia, el de no saber. Da igual que la enfermedad se llame Covid o Sida. La mentira, la desinformación y la ingenuidad ganan la batalla. Uno sale del visionado de It's a sin, el último bombazo de HBO, con dos cosas claras: que hacen falta más series valientes, honradas, divertidas y trágicas sobre una historia, que es la de todos (hayamos vivido o no de cerca el drama de los enfermos de VIH) y que su creador, Russell T Davies es ya uno de los grandes nombres de la televisión después de sorprendernos antes con otro torpedo a la línea de flotación de las mentes acomodadas gracias a Years and years.

Sorprende ver que una serie tan trágica te pueda hacer reír, soñar, disfrutar, cantar y en definitiva, disfrutar con el desarrollo preciso y precioso, casi quirúrgico de unos personajes que danzan con absoluta delicadeza por el guion de Davies, empeñado en colocar al ser humano frente al espejo de sus contradicciones, sus fallos, sus rarezas. En ese juego de reflejos, nos vemos impresionados nosotros mismos con el único consuelo del paso del tiempo... aunque podemos hacer una lectura actual con nuestra reacción a la actual pandemia. Los mismos vicios, exactos errores...

It's a sin presenta a unos personajes a los que le coges cariño ya desde el primer episodio. Sabes que todo o casi todo va a acabar mal y acompañas a todos ellos en esa caída en desgracia. Sientes su dolor, vives su frustración, gozas con cada bocanada de vida, rompes a llorar por la injusticia de un virus que no entendía de etiquetas pero que encasilló y enclaustró a toda una comunidad de personas que querían vivir con libertad. Los actores están fabulosos en esa encarnación del fin de la felicidad que representaron los años 80 para muchos y muchas. Un trocito de felicidad que hemos compartido en cinco episodios que nos han dejado el corazón en un puño. Pero por encima de todo, el mensaje que nos queda es que vivamos, disfrutemos, cuidémonos y salgamos de la habitación con una sonrisa en la cara y lanzando un La! de alegría y emoción. Solo así viviremos.