La estética del sufrimiento (La pintora y el ladrón) - Berenjena Company

Banner (no visible)

6 feb 2021

La estética del sufrimiento (La pintora y el ladrón)



Una pintora entabla una extraña relación con el hombre que robó unos cuadros de su autoría en una galería de arte. Ella es una mujer que parece que lo dice todo sonriendo. Sin embargo, su pasado la ha marcado y coquetea de vez en cuando con el lado más oscuro del sufrimiento. En sus cuadros, hay una extraña belleza que también sugiere una visita a las tinieblas. Decide pintar al ladrón en una improbable serie de lienzos que, tal vez, tendrán más de ella de lo que en principio aparentan.


El hombre ha sido alguien que ha cogido sendas demasiado torcidas. Puede que, en algún momento, tuviera algo que ofrecer, pero, sencillamente, ha amontonado demasiado pánico a vivir. Siempre busca una ruta de fuga, un atajo hacia la cobardía que siente, un terrible noviazgo con el fracaso más absoluto. Él es la idea. Ella es la impresión. 


Quizá haya algo más que una profunda amistad entre ellos, aunque nunca se haya pasado de lo moralmente aceptable. Las lágrimas de él ante la visión del primer cuadro son comprensibles, emocionantes, definitivas. Ella ha captado el alma desde una visión completamente naturalista, reflejando, a la vez,  todo lo maravilloso que él guarda, pero también el terrible paseo al borde del abismo que hace que, de cuando en cuando, llegue a perder pie. La vida sigue su curso y los acontecimientos se desbordan. El arte es demasiado exigente y ella se plantea lo que todos los artistas  sueñan y es dedicarse completamente a lo que siente. Su pincel dice el resto de palabras que ella no puede expresar. La oscuridad planea en todo momento sobre su paleta. La pintura habla. Su corazón espera. Él necesita espacio para pensar en todo lo que pierde, en todo lo que le abandona, en todo lo que debe apartar de su vida para ser algo útil y ofrecer un poco de serenidad a lo que le rodea. Puede que la relación entre ellos sea un apoyo fundamental en sus existencias. 


El interesante documental de Benjamin Ree sobre estos dos seres que se hallan igualmente perdidos aunque la posición de cada uno sea completamente distinta tiene su interés en que, a pesar de todo, puede ser vista como una historia de ficción. Ahí están los personajes, la sucesión de hechos, la estructura que, en algún momento, también se fragmenta porque hay que ofrecer los dos puntos de vista. Los dos protagonistas son ellos mismos, pero entablan una relación que, en algún momento, es tremendamente inquietante y peligrosa. Pertenecen a mundos distintos en los que la piel acaba por ser una trampa y la mirada debe recobrar su objetividad dejando que el tiempo haga su labor. Al fin y al cabo, las sensaciones de dos seres que buscan la belleza en el sufrimiento también es una película que puede acabar siendo un cuadro en una pared.


A ratos, apasionante y, en otros, algo morosa, hay que dejarse llevar por una cultura de frialdad que entiende las cosas de forma muy diferente. Noruega es un país en el que una cárcel parece un hotel de dos estrellas y, de acuerdo con el modo de vida escandinavo, esconde sus fracasos bajo el orden más aparente. Por un lado, tenemos a un hombre que nunca pudo tener una oportunidad y que, hasta que no confía en sí mismo, no es capaz de hallar las pequeñas porciones de felicidad que le corresponden. Por otro, observaremos a una mujer que, bajo un aspecto relajado, tiene que luchar contra las tormentas que la asedian y que sólo buscan ahogar el impresionante talento que posee. Puede que la unión de ambos sea el más perfecto ejemplo de lo que son las personalidades complementarias con los colores adecuados.


César Bardés

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

DEJA TU COMENTARIO - Lo estamos esperando...

Post Bottom Ad