El supremacismo de la risa - Berenjena Company

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13 ene 2020

El supremacismo de la risa


Somos blancos, somos verdes
somos negros y amarillos
somos todos diferentes
y estamos muy unidos...

Los Fruitis.

Manu Sánchez (su personaje) nos llama cabrones, racistas, misántropos, egoístas y mil cosas más y nos reímos. Tal es su (super)poder: el de la supremacía de la risa y el humor. Humor negro, bastardo y sin ataduras. Libre para soltar un monólogo de hora y media y salir airoso. Humor sin retrasos (que eso se lo dejamos a los de sangre azul) y que cae como pesadas losas aunque el público lo tolera y se divierte porque Manu es especialista en el lenguaje (o el metalenguaje, vete tú a saber). Manu -su personaje-, es capaz de insultarte y caerte bien. Como cuando un gaditano te llama "hijoputa" con la sonrisa en la boca y encima le invitas a una copita de Reguera. Qué ange tiene.

Manu Sánchez (su personaje) nos llama cabrones, racistas, misántropos, egoístas y mil cosas más porque es la pura verdad. Y nosotros lo aceptamos porque sabemos que su palabra es ley. Y una palabra que venga envuelta en los ropajes "fosforito" del humor es gloria bendita, casi tanto como unas papas aliñás con melva canutera. El gran emigrante, el último montaje con el que el sevillano aterrizó en Chiclana, nos habla de un mundo que sin llegar a ser post apocalíptico, está a un cuarto hora de serlo. Pero no hay drama al contar que el planeta es un sitio peor con ciertos cabrones gobernando o ciertos hijos de puta sembrando el caos o ciertos delincuentes quemando y contaminando el mundo. No hay drama porque la risa vence; siempre lo hará. Es un arma tan fuerte que hasta quien no piensa como el alienígena que achiclanizó en una azotea cualquiera, es capaz de reírse de su palabra. Un extraterrestre que vino para analizarnos a lo largo de un año para darse cuenta que él no quiere ser como unos seres que tienen remilgos en abrir los brazos a quien viene de fuera o que se dedican a dividir y no a sumar. ¡Si él viene a quedarse con todo el planeta, cojones!

El gran emigrante es quizás la obra más conjuntada y conceptual que este cronista haya visto del payaso sevillano. Un monólogo completo, con una narración lineal basada en la evolución de un personaje y su interacción con el ser humano que depara momentos de altísimo humor y de acertada reflexión. No decae el ritmo en ningún momento y hay momentos de perfecto análisis del comportamiento humano, el de andar por casa que es el que nos gusta. Ejemplo: el sketch de la mamma es de lo mejor desarrollado en años en la escena cómica española.


Habrá quien vea en Manu Sánchez a un paladín del monologuismo televisivo, a un actor que cecea y que se come las palabras. Habrá quien crea que su humor es chabacano, facilón y que no tiene gracia más allá de Despeñaperros. Habrá quien no le guste que sea "político" al hablar de monarquía, de la clase dirigente, de los extremismos y los populismos. Habrá quien se moleste por hablar de ti, que te estás equivocando constantemente en tus decisiones como ciudadano y como persona. Pero habrá quien se ría, quien eche unas cuantas carcajadas (incluso con chistes que apenas pillan dos... Arte puro el de Murcia y su localización en el mapa). Entonces, ese alien venido de aquí al lado, de nombre Manu Sánchez ha triunfado una vez más. Porque su humor no entiende de divisiones y sí de comprensiones. Porque si eres distinto a otros, ya seas blanco, negro o amarillo, hay una cosa que nos une: a todos nos gusta Manu Sánchez.

Fotos: @zuhmalheur
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