La valentía es una mujer (Viudas) - Berenjena Company

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1 dic 2018

La valentía es una mujer (Viudas)


El grito ahogado por la pérdida se convierte en un preludio de rebeldía cuando las lágrimas son de mujer. Ellas no se rinden porque eso no forma parte de su credo. Se sobreponen al dolor como auténticas heroínas que nunca dejan de luchar aunque saben que una parte de la contienda lleva la derrota encima. Por eso, tal vez, hacen cosas que los hombres no sabemos comprender. Ellas están mucho más allá, llegan mucho más lejos porque saben que las cosas se consiguen con empuje, insistencia y rabia. Y de eso andan más que sobradas.

Si a eso le añadimos la existencia de una amenaza, entonces estamos hablando de un torbellino imparable, capaz de aprender cualquier cosa que no se sabe hacer aunque la chapuza puede estar presente. No tardan en dominar lo que les es ajeno y el orgullo en ellas es un arma que, incluso, puede resultar peligrosa para quien intenta estropearles la fiesta. Son de otra pasta, de otro encanto, de otra verdad y de otra raza.

Así que, cuando un puñado de viudas se da cuenta de que heredan más problemas que recuerdos, la maquinaria se pone en marcha. Se buscan la vida como pueden. Descubren capacidades ocultas. Acuden a la imaginación para salvar los obstáculos. Y, al final, podrán sonreír sin luto porque ningún hombre merece ni una sola de sus lágrimas. Ellas se ganan su sitio por sí solas. Y eso no tiene precio en un mundo que se emplea a fondo para dejarlas de lado. Las mujeres de verdad no se resisten a seguir siendo mujeres en todo y para todo y eso, además, las hace irremediablemente atractivas. Por mucho que el engaño haya podido ser su forma de vida.

Notable en el thriller, aceptable en la corrupción política y morosa en el melodrama, Viudas destaca por la soberbia interpretación de Viola Davis, adusta y dolida, implacable en busca de su destino y furiosa en su suerte. La dirección de Steve McQueen, aunque sobria, resulta algo irregular en algunos tramos sin llegar a empañar la eficacia de la historia. La banda sonora de Hans Zimmer es precisa y climática y, entre los hombres, hay que destacar a ese matón de disparo en la cara que es Daniel Kaluuya, que da muestras de una versatilidad muy interesante. Por lo demás, la película es eficaz y no del todo brillante; impresionante y no del todo duradera; salvaje y no del todo descarada. En cualquier caso, merece la pena el rato y la resolución de esas mujeres que combaten con brío la adversidad inherente a una profesión tan peligrosa como la de amigos de lo ajeno.

Y es que hay que emplear la cabeza y no guardar todo el dinero en el mismo sitio. Si uno se corrompe, la ingeniería financiera es indispensable y, si hay política de por medio, no importa de qué lado se está porque todos, absolutamente todos, tratan de poner la mano y esconder la responsabilidad. Y el que piense lo contrario no es más que un ingenuo al que le están robando su capacidad de expresarse en democracia. Más vale un golpe rápido, efectivo y genuino que limpie pecados y arrase comisiones de traje y corbata. Aunque el precio sea asesinar el pasado de una forma definitiva. La noche se encargará de tragarse algún fleco que otro y siempre nos quedaremos con esos ojos que tanto merece la pena mirar y que tanto pueden llegar a aguantar. El que no vea que la valentía es una mujer, no es más que un loco lleno de furia y de ruido que, casi siempre, no tiene ninguna importancia.
                                                                                                     
César Bardés

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