La palabra mágica (The quiet girl) - Berenjena Company

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25 feb 2023

La palabra mágica (The quiet girl)



Por aquellas cosas del destino, una niña debe cambiar de casa y vivir, durante las vacaciones de verano, en la casa de una prima de su madre. Ella es tranquila, observadora, expectante. Es como si estuviera esperando que la vida saliera a su encuentro y no la encontrase por ninguna parte. Quizá allí, en un hogar en el que el cariño sufrió más de lo soportable, pueda darse cuenta de que la felicidad reside en las pequeñas cosas. En un pastel hecho con dulzura. En una galleta dejada en una mesa para que ella la recoja. En un tren que parece no partir nunca en la pared de su habitación. En la claridad pura y saciante de un poco de agua. En la mirada alzada al cielo para ver las ramas de unos árboles que quieren protegerla.


Todo es extraño, nuevo y, a la vez, con un poso de amor. En algún momento, las cosas no son fáciles porque ella, de alguna manera, viene a llenar un hueco que jamás se podrá tapar, pero la rutina, el trabajo compartido, la palabra justa en el momento adecuado hace que se saboree la felicidad a pequeños sorbos. Tanto es así que, cuando llega el fatídico instante de la despedida, ella es capaz de pronunciar la palabra mágica en un abrazo que no debería acabar nunca porque en él están todas las preguntas, todas las respuestas, todos los sentidos y todas las certidumbres. 


En el camino hacia esa seguridad que nunca sabrá expresar, se hallará el lenguaje de la Naturaleza, la maledicencia inquisitiva de quien no debería más que guardar silencio, la tristeza de la adolescencia que ya llama insistentemente a la puerta, el inmenso sabor de un zumo recién exprimido, el inconfundible sabor de un helado comprado con todo el cariño que, como todo el mundo sabe, se recrea en las papilas gustativas con más fruición que el que se adquiere por compromiso. También el innegable valor de la educación, de no decir nunca una palabra disonante, de pagar con sinceridad todo lo que se recibe. Y, sobre todo, de comenzar a diferenciar lo que es la bondad del corazón de la crueldad del alma, algo que se pondrá de manifiesto mientras se dice esa palabra mágica que a todos nos hace volar por lo que significa y por lo que es.


Notable película irlandesa hablada casi íntegramente en gaélico que destila un trabajo realizado con mimo, con poco presupuesto, pero con el pensamiento muy bien colocado. Para paladares sin prisa, dispuestos a dejarse llevar por una historia de verde y relax. Y con una cierta predisposición a la inevitable emoción que acaba por aparecer en medio de la rabia y de la contrariedad. El destino desgraciado parece empecinarse en su permanencia aunque, al menos, esa niña ha probado algo que ninguno de su familia ha llegado a oler. Esa niña será más. Esa niña será mejor. Y, desde luego, en cuanto tenga capacidad e independencia, saldrá de aquella casa en la que la palabra nunca es mágica porque siempre está cargada de amargura y de ofensa para irse a los lugares donde probó el elixir de la sonrisa más espontánea. Tal vez porque allí, donde todos hemos probado algo parecido, es el lugar al que siempre regresamos. Una y mil veces. Físicamente y en el recuerdo. Moralmente y en el pensamiento. Volviendo a sentir, repetidamente, ese olor a verano, a leche recién ordeñada, a ternero alimentado, a agua pura y cristalina, a zumo y a pastel, a noche fría en el borde de la playa, a luces que brillan en el horizonte, a hierba y a hoja, al sonido del viento entre las ramas, a las interminables carreras en busca del correo, a papá y a mamá.


César Bardés

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