Teatro de guardia

De la misma forma que cuando necesitamos un paracetamol en mitad de la noche acudimos a un establecimiento farmacéutico de guardia (casi siempre, tras dar unas cuantas vueltas), el teatro de José Moreno Arenas, granadino universal -y no lo digo yo, si no su obra que es estudiada en universidades de medio mundo-, se revela como un teatro de guardia, abierto las 24 horas del día, los siete días de la semana para los pesares y conflictos que afectan a la carne y la mente humana. Y sin dar tanta vuelta. A tiro de libro o de teatro más próximo.

En el establecimiento dramatúrgico regentado por el licenciado Moreno Arenas encontrará usted pequeños comprimidos bajo la denominación de "pulgas" con las que ayudar a esos corazones alicaídos por la pesadumbre que provoca la azarosa realidad que nos ha tocado vivir. Puede usted también adquirir algunos compuestos con una mayor carga escenográfica, perfectamente indicados para tratar aquellas descompensaciones del alma. Bajo la denominación genérica de "Teatro Indigesto", se presenta una fórmula magistral destinada a solucionar todo tipo de crisis morales. No se dejen guiar por el nombre. Indigesto es para los malos humores que el mismo discurrir vital causa en muchos pobres de corazón. Por lo tanto, este compuesto es necesario tomarlo en cantidades industriales. No en vano, el facultativo siempre alertará de que un uso continuado de la medicación provocará bienestar emocional y alteraciones físicas que conducirán a un estado de nirvana cuasi permanente.

La posología indica que el teatro de José Moreno Arenas debe tomarse de forma inmoderada puesto que no presenta contraindicaciones con otras formas y maneras escénicas. Los efectos secundarios son variados. Se han estudiado casos de persistente hilaridad, de compungimiento sentimental en determinados individuos y de apertura mental en prácticamente el cien por cien de los casos estudiados. Tanto en embarazadas como en infantes, la composición de estas píldoras del licenciado de la Vega son totalmente inocuas y se han descrito un reforzamiento del sistema nervioso central (y del que no es central, también). Por último, destacar que estos compuestos llevan años circulando por teatros, salas culturales, universidades y libros mil recibiendo todo tipo de autorizaciones y parabienes de las autoridades teatrales más prestigiosas. El teatro-milagro lo llaman. Damos fe. No hay falta homeopatía que pueda con él.

Por ejemplo, damos fe de sus buenos efectos en los cuerpos y las almas gracias a la incesante labor de la troupe del Taller Municipal de Teatro de Chiclana dirigida por Gari León, payaso que invita a jugar a sus alumnos y a todo el que los vea (nada peor que este tipo de payasos). Dedicaron todo un espectáculo al teatro de guardia de José Moreno Arenas, siempre presto, siempre disponible para quien quiera jugar con él. Una decena de textos puestos en escena por el alumnado del taller como trabajo de final de curso. Un juego que se movió entre esas pulgas dramáticas y esas otras piezas de microteatro que fueron tan queridas en la obra de Moreno Arenas hace dos décadas y que tantas alegrías le dio en esos días. Se vieron obras míticas (La tentación, La espinilla o El atraco) con otras que han tenido un recorrido menor pero siempre con el acertado acercamiento que el autor alboloteño presenta en sus obras: una disección quirúrgica del alma humana desde bajo el prisma del absurdo en algunos momentos, la astracanada en otros y en todos, con un humor lacerante para algunas mentes más conservadoras.

Una decena de piezas que fueron trasladadas a la escena bajo la batuta siempre perspicaz de Gari León y unas magníficas actuaciones de unas actrices y actores que gozaron de los personajes morenoarenianos, de sus miserias morales, de sus contradicciones tan humanas y tan esperpénticas. Una pequeña muestra de ese teatro de guerrilla de primera hora en la obra del dramaturgo granadino con la que el numeroso público conectó desde un primer momento. Y los integrantes del grupo dirigido por León, disfrutaron, se alteraron con unos personajes tan (im)posibles, deconstruyeron esos textos para dar nuevo brío a historias universales legadas por el genio de Albolote.

Teatro de guardia de forma impertérrita, teatro del que echamos manos y de menos cuando nos atacan los mil pesares que afectan al normal discurrir de unas vidas que está predestinadas a usar el teatro de José Moreno Arenas como reconstituyente y tónico de nuestras almas.

El autor y el payaso.