Os voy a dar cinco razones para que le preguntéis a César Bardés por su de momento, única novela Compás de ceniza. Y por "le preguntéis" quiero decir que se la compréis a él (que así de artesanal es la cosa).
-Compás de ceniza tiene todo lo que debe tener las novelas clásicas de buenos, malos y más malos. Un héroe de vuelta de todo, una mujer (nada fatal y sí vital para la historia y su protagonista), una acción mesurada y bien intercalada con momentos más intimistas y un trasfondo que mezcla la Historia con la mejor tradición de los relatos de espías de la Guerra Fría. ¡Qué más puedes pedir!
-Bardés nos mete de lleno en una ciudad apasionante (Viena) en una época estimulante, los inicios de los 60 con todo lo que eso conlleva: Guerra Fría, personajes enigmáticos, las terribles huellas del pasado...
-La narración es vívida, dinámica, nunca aburrida, llena de matices y representa un viaje de ida y vuelta a varias vidas azuzadas por el pasado.
-A los melómanos les va a enamorar algunos de los personajes que aparecen en la novela, entregados sin remisión a la música como tabla de salvación de la humanidad. Las piezas que aparecen en las páginas de esta novela enmarcan esta historia de detectives y de gente deleznable. Las composiciones clásicas sirven también para describir a un personaje fascinante, Karl Hinterhof y se configuran como una lista de reproducción exquisita para los amantes de la música.
-Lo malo es que Compás de ceniza se lee de una sentada (o dos).
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