Un teatro sin teatro - Berenjena Company

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22 jun 2020

Un teatro sin teatro


Sin edificio queremos decir. Porque el teatro surge en cualquier sitio donde haya un actor o un payaso o un intérprete y del otro lado, un espectador que disfruta del trabajo que se le ofrece. Por eso es tan importante introducirnos en una nueva normalidad teatral que no es tan nueva. Se ha hecho siempre y siempre se hará: el teatro al aire libre, en la calle, mirando a los ojos de la gente, tocándolas, haciéndolas partícipes del espectáculo. Y no, esto no lo inventó Bertolt Brecht (a quien amamos por encima de casi cualquier cosa), sino que es puro humanismo. El teatro es un íntimo contrato entre dos partes y el placer cuando se acaba se reparte a partes iguales. Por lo tanto, nada de nueva normalidad. Un teatro sin teatro como el que siempre vivimos y quisimos.

Teatro de ese tipo es el que desde hace un par de semanas pone en marcha un grupo de avezados simpatizantes de este arte. Antiguas integrantes del Taller de Teatro Municipal de Chiclana (Cádiz), encabezados por el payaso Gari León, decidieron dejar libres las ganas que tenían de actuar. Dispusieron para ello un espacio al aire libre, una limitación de aforo para mantener las normas de seguridad y salubridad y un puñado de textos cortos y un ramillete de poemas recitados para deleitar al selecto personal que cada semana cuelga el cartel metafórico de "no hay billetes" de cada sesión.


Encuentros de Teatro Descofinado se llama el invento. Creemos que ha sido la primera muestra teatral en todo el país tras esa horrible pandemia que hemos sufrido. Si no lo ha sido, que nos disculpen la apreciación, pero da igual. Lo importante es que no ha hecho falta un edificio para seguir donde los amantes del teatro lo habíamos dejado. Y disfrutamos muchísimo con unos textos fantásticos, bien seleccionados, breves pero acertadamente interpretados. Muy dinámicos y divertidos. Frescos, así que acompañan bien a la época del año en que estamos... Y la cosa termina en una jam cultural donde quien se arranca, deja su colaboración en forma de canción o poema... o lo que sea.

Tenemos que nombrar a las actrices, obras y autores que pusieron el esqueleto del primer encuentro: Ana Pérez y Almudena Gonzalez pusieron alma en El último minuto de Carlos Álvarez-Ossorio; Toñi Barrera es una payasa espectacular en Tres deseos de Mercedes León; Almudena González estuvo señorial en ¡Vamos a ver! de Cristina Medina y finalmente, Gari León se volvió a transmutar en Gerardo y El re-domador, en una mecla de obras que funciona desde hace unos años gracias a la labor del payaso palmeño-chiclanero y cuyas autorías recaen en Antonio Daniel García Orellana y José Luis Ramos.


Este es el camino a seguir. Que hay impedimentos para actuar encerrado, pues se hace al aire libre. Más seguro imposible. Si a todo eso le sumas, el buen gusto para elegir obras a representar y las interpretaciones de dulce, el éxito del teatro desconfinado es absoluto. ¿Gustan ustedes?
 

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