La demostración de la lealtad (El escándalo) - Berenjena Company

Banner (no visible)

8 feb 2020

La demostración de la lealtad (El escándalo)


La denuncia por acoso sexual dentro de un medio reconocidamente republicano como Fox News sacudió los cimientos sociales y económicos de Estados Unidos en plena campaña para la elección de Donald Trump. No obstante, también fue la historia del valor de unas cuantas mujeres que decidieron contar la verdad saltándose un puñado de estúpidas reglas establecidas en las que se colocaba al sexo femenino como un objeto provocador para ganar audiencia. El ogro estaba en los despachos y no fue fácil abatirlo.

Puede que una de ellas fuera una periodista de prestigio disminuido, que fue castigada en horarios de mínima audiencia y condenada a llevar un programa no demasiado serio. Ella supo que la guerra estaba próxima y se preparó a conciencia, intentando provocar una reacción en cadena que tardó en producirse. Tuvo que soportar libelos y difamaciones vergonzosas además de la sospecha del reojo porque quiso iniciar su particular batalla cuando ya no pertenecía a la todopoderosa cadena.

Otra resultó ser una auténtica profesional que buscaba la noticia contrastada, con la verdad por delante, tratando de poner en aprietos al candidato presidencial y aguantando una lluvia de antipatías por torpedear, desde un medio afín, al hombre que concentraba todo el enfado del estadounidense medio. No quiso unirse a la lucha hasta que no tuvo suficientes nombres que respaldasen su testimonio. Y comprobó que, cuando las cosas vienen mal dadas, todo el mundo esconde la cabeza vergonzosamente.

La última fue nadie. Una obrera de la información que soñaba con abrirse paso y que cedió creyendo que aquello le iba a abrir puertas sin reparar en que, posiblemente, el precio era demasiado alto. Su ingenuidad iba de la mano de su ansia por mantener y prosperar en el trabajo soñado. Es la única que no rompe la cuarta pared para hablar con el espectador y confesarse porque prefiere vivir con el engaño antes que con la realidad. Y llegó a la certeza de que nadie, alguna vez que otro, puede convertirse en alguien.

No cabe duda de que el principal atractivo de esta película reside en el trabajo de sus tres actrices principales. Maravillosa es Charlize Theron, haciendo gala de una seguridad extraordinaria, pisando fuerte por los pasillos y concentrando la inteligencia en el rostro. Estupenda y en otro tono está Margot Robbie, con oportunos pestañeos de perplejidad, cayendo en la trampa de los hombres y sacando dramatismo cuando se da cuenta de lo que ha hecho y de lo que ha escondido. Decepcionante Nicole Kidman, empezando por una expresión que parece fabricada con plástico, lo que la obliga a exagerar movimientos y gestos. Y en el apartado masculino merece una mención especial el trabajo de John Lithgow, enorme y poderoso, con autoridad y destreza, trazando el personaje desde su primera secuencia, dragón en su cueva que devora a todas las que se acercan.

Por lo demás, la dirección es correcta y, desde luego, la forma de la narración remite directamente a La gran apuesta por esos intervalos en los que las actrices reducen el efecto de distanciamiento hablando directamente al público. Tal vez porque debemos acercarnos más a las causas y a los efectos, a los miedos a los que tienen que hacer frente y a las razones por las que deciden callar durante años lo que han sufrido. Y, además, dar buena cuenta de que lo que les pedían era una simple demostración de lealtad.                                                             



No hay comentarios:

Publicar un comentario

DEJA TU COMENTARIO - Lo estamos esperando...

Post Bottom Ad