Hace unos días escuchaba, no me acuerdo a quien, decir que tal grupo se había estancado, que no evolucionaba y que siempre hacía lo mismo. Bueno, no todo el mundo tiene la suerte de ser AC/DC, publicar discos clónicos y ser vanagloriados en todo el mundo. Quizás no sea bueno cambiar porque puedes perder la esencia. Quizás cambiar te da otras miras, otras posibilidades. Ejemplos hay a puñados en el mundo de la música en uno y otro sentido.
Los madrileños optan por mantener su sello. La seña es reconocible, la voz de Pucho agrada en cada recodo del camino (y busca nuevos matices como por ejemplo en Guerra Civil), el recorrido por estos diez temas no cansa y se agradece el esfuerzo en producción. Ellos mismo lo profetizan con el título del disco y nosotros coincidimos. Mismo sitio, distinto lugar. Que todo cambie para que no cambie nada. Que evolucionemos para encontrarnos al final del camino con los mismos y genuinos Vetusta Morla de siempre.
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